ANECPLA y ADEPAP hablan sobre cambio climático y plagas

ANECPLA y ADEPAPBajo el título Efectos de la globalización y el cambio climático: plagas y enfermedades emergentes y reemergentes que amenazan al hombre, la Asociación Nacional de Empresas de Control de Plagas (ANECPLA) y la Asociación de Empresas de Control de Plagas de Cataluña (ADEPAP) realizan un llamamiento a la sensibilización general ante el rebrote de problemas en muchos casos ya erradicados que a menudo tienen una relación directa con el calentamiento global y el cambio climático. La entidad quiere alertar a las autoridades y a la población ante evidencias como los rebrotes de dengue, las epidemias de cólera o malaria y otras cuyo origen son las plagas. A continuación ofrecemos un extracto del dossier remitido por la asociación...

El control de plagas y su impacto en la salud pública

Lo que hoy día es una realidad aparentemente controlada podría llegar a tener consecuencias drásticas en un futuro, en caso de que no se ponga freno a estas situaciones. Por ello, los profesionales del control de plagas, por medio de ANECPLA y ADEPAP, reclaman un aumento de las campañas de concienciación para fomentar la sensibilización sobre la importancia de estos problemas y alertan del riesgo sanitario que supone la no adopción de medidas correctoras para, si no acabar con estos problemas, sí ponerles freno.

En este contexto, más allá de las posibles pérdidas económicas que de por sí se contabilizan a causa del ataque de ciertas plagas, deben tenerse en cuenta los propios riesgos sanitarios que éstas pueden acarrear en la expansión de microorganismos patógenos por todo el planeta. Las repercusiones en la salud pública que se derivan de la proliferación incontrolada de estos microorganismos están presentes, en base a experiencias de tiempos pasados, pero también del presente en determinadas zonas del mundo.

Para poner freno a esta realidad y evitar consecuencias irremediables, ANECPLA y ADEPAP, en representación de la industria de control de plagas, reclama la necesidad de promover la cooperación entre las diferentes administraciones, empresas y organismos representativos de la industria de control de plagas; fomentar las buenas prácticas en el sector, conforme a la normativa, para lograr la mayor eficacia con el menor impacto y en aras de la salud pública; y actualizar conocimientos en el sector, por medio de la formación, para que los profesionales se adapten a la problemática y a los retos actuales. También, es fundamental la cooperación internacional de los países, aumentando, entre otras medidas, los mecanismos de control en puertos, aduanas y aeropuertos; elevando también las condiciones de salubridad en todos los países que exporten mercancías y aumentando los controles exhaustivos en el traslado de todo tipo de mercancías, productos alimenticios y ganado.

Para lograr un mayor control de estas situaciones, es necesario también ampliar políticas destinadas a implantar en la sociedad una conciencia de educación ambiental, higiénica y sanitaria dada la importancia que juega la higiene en el control de las plagas. Según declara la directora general de ANECPLA, Milagros Fernández de Lezeta, esta actividad debe estar cada vez más encaminada hacia la prevención y no tanto hacia los tratamientos de choque. No obstante, para ello es necesario que la sociedad perciba el valor añadido que aporta este sector como garante de la salud pública. Por su parte, el presidente de ADEPAP (Joan Solanes) afirma que esta actividad debe estar cada vez más encaminada hacia la prevención y no tanto hacia los tratamientos de choque. No obstante, para ello es necesario que la sociedad perciba el valor añadido que aporta este sector como garante de la salud pública.

Efectos del calentamiento global del planeta y de la globalización

Las templadas temperaturas de los últimos inviernos explican, en cierta medida, el incremento de plagas emergentes y de especies que proliferan en estaciones en las que hace años, no eran habituales. Así, por ejemplo, ahora es más habitual la presencia la cucaracha americana, de mayor tamaño y más común de las zonas templadas, en otras zonas del interior de la Península y en estaciones más bien próximas al invierno.

Por otro lado, el fenómeno de la globalización es también una de las principales causas, según los expertos, de la expansión de las plagas. Por su parte, España, pese a ser uno de los países con unas normativas higiénico-sanitarias más exigentes y avanzadas y que mantiene unos altos estándares de salubridad -respetados y seguidos por todo el entorno de la Unión Europea- no queda libre de los efectos de la globalización. Los insectos y la transmisión de enfermedades exceden los límites geográficos y cada vez son más habituales los impactos económicos, medioambientales y sobre la salud pública que tiene su proliferación por todo el planeta. Así, el crecimiento de las grandes ciudades; el aumento de la población en estas zonas; el desarrollo de las rutas comerciales con países cuyas medidas de control no son tan estrictas como en España y los grandes viajes a países con deficiencias sanitarias constituyen los principales motivos de la aparición y expansión de las plagas por todo el planeta.

En este sentido, por ejemplo, el transporte de mercancías favorece la llegada de plagas, como la cotorra argentina, el visón americano, el mejillón tigre, o el mosquito tigre, que tantos problemas ha originado en Cataluña desde que fuera detectado, por primera vez, en San Cugat del Vallés, en agosto de 2004. Este último está presente en países como Italia o Suiza, donde recientemente se ha detectado su presencia en el norte de los Alpes. También, por ejemplo, en los últimos años debido al efecto de la globalización, se ha constatado un aumento de plagas que hasta ahora se consideraban casi erradicadas, como es el caso de la chinche de la cama que, en nuestro país, ha llegado a tener como consecuencias el cierre de establecimientos hosteleros.

También, la decreciente eficacia de los productos biocidas, el deficiente saneamiento en algunas redes de alcantarillado y una ausencia de conciencia de educación ambiental vienen a ser causas directas de la proliferación de nuevas y viejas plagas y de la transmisión de vectores de enfermedades. A ello, hay que añadir que la indefensión en la que se encuentra el sector, por la progresiva reducción de las materias activas disponibles por requerimientos legislativos, hace que las empresas de control de plagas tengan cada vez más dificultades para controlar los organismos patógenos.

De esta manera, por estas y otras cuestiones, en pleno siglo XXI, todavía nos enfrentamos a una continua alarma por nuevos y recientes patógenos como el síndrome respiratorio severo agudo (SARS), la gripe aviar, o algunos virus como el Ébola o el Marbug, así como la reaparición de enfermedades con tendencia a rebrotar como el dengue, el cólera, la malaria o la fiebre amarilla, cuya trasmisión se debe a la presencia y expansión de ciertas plagas, como vectores transmisores de las diferentes enfermedades.

Más de tres cuartas partes de estas enfermedades humanas nuevas, emergentes o reemergentes son zoonosis, es decir, están causadas por patógenos originarios en animales o de productos de origen animal y, en la actualidad, se estima que un nuevo virus contagioso podría alcanzar todos los continentes en menos de tres meses, provocando un grave riesgo de pandemia, según los expertos.

Por ejemplo, en España, el virus de la lengua azul, aunque no conlleva riesgo alguno para el ser humano, trae de cabeza a los ganaderos españoles. Se trata de un virus transmitido a los rumiantes por medio de la picadura de un mosquito del género Culicoides, que está alcanzando zonas del norte de la Península Ibérica a las que hasta ahora no había llegado, como el País Vasco.

También, el Chikungunya, un virus originario del continente africano y del sureste asiático, que se transmite por la picadura de mosquitos del género Aedes spp, causó este año un brote en Italia que despertó la alarma de todos los países europeos. ANECPLA y ADEPAP recomendaron la adopción de medidas de prevención para frenar su entrada en territorio español. Se sospecha que el virus llegó a Italia transportado por un viajero procedente de India, y que los mosquitos locales (Aedes albopictus o mosquito tigre) lo adquirieron y eran el vector de transmisión. Esto viene a confirmar que el Chikungunya podría llegar a establecerse en aquellas zonas de Europa en las que habitan mosquitos del género Aedes spp.

Fuente: www.higieneambiental.com (cc)

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