El arte de la pobreza y el Cambio Climático

Cuestión de Perspectivas

Resulta ya insensato negar que la proyección de esta megacrisis distraerá, no sólo la atención social sobre el fenómeno del cambio climático, sino lo que es peor, volatilizará literalmente significativas partidas presupuestarias destinadas a la investigación que acabarán esfumándose hacia circuitos financieros lejanos, dispares, y en ocasiones, opacos. Incluso la encomiable labor de concienciación social y divulgación de miles de científicos se verá relegada sin opción a un segundo plano, anulándose así conferencias y simposios tan necesarios para alcanzar el grado de conocimiento y concienciación social necesario sobre el problema.

Esta crisis mundial, será capaz de hacernos ignorar, por ejemplo, que tras 30 años de observación satelital de los hielos árticos, éstos han pasado de los 8 millones de km2 en el verano de 1980 a 4 millones de km2 en 2007-2008. Y no serán pocos los que se precipiten al ilusionismo alegando alegremente e incluso creyendo que frente a la inequívoca e incuestionable pérdida del polo norte, la Antártida crece y aumenta el volumen de sus hielos (debido al aumento de nevadas favorecidas por el propio calentamiento), ilusiones que tarde o temprano acabarán colapsando y desintegrándose como las propias plataformas de hielo antártico (ver Mar de Ross, Plataformas Larsen, Amundsen, etc.).

Se quiera o no, la crisis parece la pieza clave para provocar el despiste que algunos estaban esperando, eso sí, el coste del despiste y sus consecuencias tal vez sean mayores de lo que podemos llegar a imaginar.

Si a todo esto añadimos la irresponsabilidad, el descaro y la sinvergüenza propios de la clase política mundial, capaz de llevar a efecto actos de insensatez desmedida y de desprecio absoluto contra la propia humanidad, para luego abrir debates tan abominables y repugnantes como el de la cúpula "del trueno de Barceló" cofinanciada por España (8 millones de euros, 500 mil con cargo a los fondos de ayuda al desarrollo) y una fundación de multinacionales (12 millones), una obra que sin duda constituye (al margen de su posible valor artístico) el más representativo ejemplo de la (ausencia de) dignidad humana y la (ausencia de) solidaridad con el desfavorecido como valores que rigen la política del que debiera ser el organismo internacional de máxima responsabilidad en la lucha contra el hambre y la miseria. ¿Por qué no se habrán preguntado estos señoritos, tanto detractores como defensores a ultranza de la cúpula de la vergüenza, que quien más luz podría arrojar a esta polémica tan ridícula como nauseabunda tal vez sean las madres que han visto morir a sus hijos de hambre, frío y dolor en sus propios brazos? El ser humano sigue sin comprenderse a sí mismo.

En esta situación tan lamentable y vergonzante, en la que tanto el políticio de un bando como del otro llega a ser capaz de disfrazar la más injustificable mentira para adaptarla a sus intereses que, por supuesto, no coinciden jamás con el necesitado, ¿Todavía cree alguien que estamos en disposición de combatir el deshielo acelerado de los polos y de evitar que la situación se termine escapando de las manos para siempre?, me temo que a estas alturas, ya sólo podemos esperar que la Campaña Polar 2008-2009 (25 proyectos españoles) arroje conclusiones inequívocas a la investigación, porque si no, el fenómeno del cambio climático podría pasar a convertirse en una prioridad residual hasta que, llegado el día, nos abraze como un oso.

El caso de España es doblemente sangrante y, su economía, fundamentada en práctica exclusividad sobre el ladrillo se encuentra avocada al fracaso por la codicia imperante y con Reino Unido y Alemania en crisis, el turismo no está, ni mucho menos, en disposición de sostener la situación. Por mucho que algunos ilusionistas se empeñen en ver la luz al final del túnel en lo que parece ya un ridículo juego de adivinos, ya no son sólo los expertos en análisis financiero los que pueden observar que la desorientación sobre el terreno da muestras de tal magnitud que, a veces pienso, que esta luz de la que algunos hablan no es otra que la que estamos dejando atrás a medida que nos adentramos en el pozo de la cruda realidad. Tal vez el orden económico mundial no vuelva a ser lo mismo, pero España, es seguro que no volverá a ser lo mismo. Aunque sea duro de decir y más aún de reconocer, la codicia de los distintos agentes implicados en la economía ha marcado el destino de un espejismo de abundancia y crecimiento que resultó ser efímero. El circuito del dinero en España es un sistema con mil fugas que en nada contribuirán a la estabilidad del sistema financiero y mucho menos a devolver la confianza, ya no sólo del inversor de corbata y parqué, sino del propio consumidor que comienza a verse envuelto en una escena apocalíptica sin retorno. Ni liquidez a la banca (los mayores responsables), ni paquetes mágicos de medidas (y a medida), la corrupción arraigada e institucionalizada entre la "santa comisión" y el derroche del dinero público sin control ni rastros de "austeridad", continuarán marcando el futuro del curso de este país, y por ende, de la lucha contra el cambio climático y por el futuro de nuestros hijos.

¿Catastrofista? Permítanme discrepar con ustedes los optimistas, ¿tal vez sea porque desde hoy paso a engrosar las listas del desempleo?

¡Y pensar que hace algunos años mi buen y querido amigo Alberto Vázquez-Figueroa ya expuso a los sucesivos gobiernos (PSOE y PP) la solución al modelo de economía español basado en un modelo energético sostenible! (Ver nota: http://www.diariosigloxxi.com/noticia.php?id=26565 ) Si algún responsable le hubiera tomado en serio, probablemente hoy no estaríamos condenados al fracaso. La pregunta es, ¿Estamos aún a tiempo de revertir la situación?, permítanme dudarlo, y aunque estoy plenamente convencido de que el ingenio de Alberto Vázquez-Figueroa podría cambiar el curso, no sólo de la economía Española, sino mundial, la absoluta falta de voluntad política vlvería a chocar frontalmente con el interés general. Créanme, es para echarse a llorar.

Todas las medidas adoptadas para mantener viva la necesidad de investigación y lucha contra el calentamiento global serán insuficientes, pero la más importante sin duda, seguirá siendo la concienciación social del problema, y ahí seguiré aportando mi insignificante grano de arena. Para impulsar esta labor, he desarrollado este pequeño recurso que, como de costumbre, desconozco si tendrá algún efecto realmente positivo:

Sistema de Alerta Temprana contra el Cambio Climático

Fuente: http://calentamientoglobalacelerado.net/alerta.htm

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