Logros... y desafíos

Tecnología frente a política y economía

* Entre 1990 y 2000, el total de las emisiones de gases de efecto invernadero de los países industrializados disminuyó de hecho ligeramente (un 5,6%), pero ello fue fruto de circunstancias excepcionales.

Debido a la fuerte y dolorosa caída de la producción económica en los países de Europa oriental y de la antigua Unión Soviética, que pasaron de la planificación centralizada a la economía de mercado, las emisiones de esos países bajaron un 37%. Ello compensó con creces el aumento del 8% de las emisiones de los países desarrollados en otras regiones. Pero ahora las "economías en transición" de Europa oriental están creciendo de nuevo, y sus emisiones van en aumento. La verdadera labor, lo que realmente se necesita –progreso económico mundial acompañado de una reducción de las emisiones– es algo que todavía no se ha alcanzado. Y no será fácil.

* Una buena noticia es que existen ya tecnologías que podrían estabilizar e incluso reducir los niveles de gases de efecto invernadero en el plazo de unos decenios. El problema es que la puesta en marcha de esta tecnología –instalación y pago de procedimientos más eficientes para la quema de combustibles fósiles y para utilizar fuentes de energía renovable, como la energía solar y eólica– es política y económicamente difícil.

* Los sistemas económicos y los gobiernos no están ahora en condiciones de conseguir reducciones de los gases de efecto invernadero. Los costos de reducción de las emisiones suelen ser inmediatos y específicos –pueden implicar una contraprestación económica, por ejemplo, para las empresas, propietarios de automóviles y centrales eléctricas. Los beneficios, como la reducción de las tormentas, inundaciones y sequías graves, por no mencionar un medio ambiente más limpio y seguro, se conseguirán gradualmente en el futuro y beneficiarán a la población de todos los lugares, independientemente de que paguen o no para tener la tecnología pertinente. Es difícil fijar un precio para estos resultados positivos. Es preciso ajustar el sistema, de manera que se distribuyan equitativamente tanto las cargas como los beneficios.

* Hay también problemas de competitividad: Si las leyes y reglamentos no son igualmente exigentes en todo el mundo, las empresas de los países que no obligan a reducir los gases de efecto invernadero podrán funcionar con costos menores y vender sus productos a precios más bajos (al menos a corto plazo) que las empresas de países que exigen un comportamiento más ecológico. Las empresas multinacionales pueden trasladar sus fábricas a los lugares donde los reglamentos sean menos rigurosos.

* Algunas tecnologías y políticas, conocidas normalmente como opciones "sin pesar", pueden reducir las emisiones y autofinanciarse gracias a una mayor eficiencia y a unos costos de explotación más bajos... pero incluso en ese caso se necesitarán inversiones iniciales que algunas empresas quizá no puedan o no quieran pagar, sobre todo si no reciben créditos o préstamos de los gobiernos.

* Si bien las tecnologías útiles pueden comprarse y compartirse, en definitiva los métodos "sin pesar" no bastarán para estabilizar o reducir los niveles de gases de efecto invernadero en todo el mundo: los gobiernos, las empresas y la sociedad van a tener que tomar decisiones difíciles y adoptar medidas dolorosas. Para ello se necesita voluntad política... y, naturalmente, el mundo debe hacer frente a muchos otros problemas que requieren atención y sacrificios.

Ejemplos de progresos conseguidos hasta la fecha

* Dinamarca estabilizó las emisiones entre 1990 y 2000 introduciendo métodos más eficientes de generación eléctrica y sustituyendo la utilización del carbón en la industria por energía renovable y gas natural. El producto Interno bruto del país aumentó un 27% durante el decenio.

* Alemania consiguió una considerable reducción de las emisiones de dióxido de carbono gracias a la reestructuración económica resultante de la reunificación del país, mediante la reducción del uso de lignito y una mayor utilización de la energía eólica. Hubo también recortes sustanciales de las emisiones de metano resultantes de la producción de carbón, la gestión de desechos y la agricultura, y de las emisiones de óxido nitroso de la agricultura.

* El Reino Unido estableció una política "nacional de cambio climático" que establece objetivos para utilizar la energía de manera más eficiente, y pudo reducir las emisiones, entre otros medios utilizando menos carbón y más gas natural.

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