Hay una forma correcta y una equivocada de realizar el “comercio de emisiones”. Sentirás la diferencia en el aire..
y en tu bolsillo.
(víaYES! Magazine) La atmósfera es diferente a la propiedad privada—todos los seres vivos la comparten, lo cual la convierte en un bien común. Pero eso no detiene a las corporaciones de intentar privatizarla persuadiendo al Congreso para que les otorguen derechos de libre contaminación en el futuro, convirtiéndose, en efecto, propietarios de nuestro cielo común.
¿Quién debería poseer el cielo? ¿Las corporaciones contaminantes? ¿El Gobierno? ¿O todos nosotros como co-propietarios? El cómo respondamos a esta pregunta determinará el sistema de limitación de carbono que tengamos.