La principal evidencia es el aumento de la temperatura promedio de la atmósfera terrestre. Sin embargo, existen evidencias relacionadas con el nivel del mar, las capas de hielo en las zonas del ártico, la frecuencia e intensidad de los fenómenos meteorológicos y algunos cambios en los ecosistemas.
En palabras de la historiadora de la ciencia Naomi Oreskes, "...el mundo científico ha afirmado y reafirmado la validez de las pruebas científicas. La Academia Nacional de Ciencias, la Sociedad Meteorológica de Estados Unidos, la Unión Geofísica de Estados Unidos, la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia y muchas otras organizaciones similares, así como las más importantes organizaciones científicas y académicas del mundo, concedieron su aprobación al trabajo de la ciencia climática. En 2006, once academias nacionales de la ciencia, entre ellas la más antigua del mundo, la italiana Accademia Nazionale dei Licei, publicaron una insólita declaración para destacar que la 'amenaza del cambio climático es clara y está en aumento' y que 'cualquier demora en la acción provocará costos mayores'. Desde entonces han pasado casi 10 años. Hoy, los científicos nos aseguran que las pruebas de la realidad del cambio climático inducido por la actividad humana son 'clarísimas' y el Banco Mundial nos dice que sus impactos y costos ya se hacen sentir"
Fotografía de view_camper en Flickr, Creative Commons (CC BY-NC-SA 2.0)
Las temperaturas registradas este año fueron en promedio las más altas desde 1850, cuando los científicos comenzaron a registrarlas, evaluó la Organización Meteorológica Mundial (OMM) en su último estudio sobre cambio climático. La ocurrencia de fenómenos meteorológicos extremos, como inundaciones devastadoras, sequías severas y persistentes, tormentas de nieve y olas de calor se registraron en varios países, según esa agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). El estudio de la OMM mostró que este año, la temperatura promedio de la tierra y del mar fue 0,31 grados superior a las registradas entre 1961 y 1990.
“Los osos polares necesitan tener mucha grasa para que puedan sobrevivir en estos helados lugares y ellos necesitan los glaciares para que puedan cazar focas, porque no pueden perseguir a sus presas en el agua”, comentó Pete Ewins, biólogo de WWF. Para que los osos puedan cazar en invierno, deben hibernar alrededor de 4 meses para que sus suministros de grasa corporal se reconstruyan por completo y aunque los osos de Canadá ya están en condiciones para salir de sus cuevas, no han podido hacerlo debido a que las capas de hielo son muy delgadas y aun no se forman los caminos que los llevan a sus principales zonas de caza.
Científicos han descubierto la primera prueba inequívoca de que la región ártica se calienta ya a una tasa más alta que el resto del mundo, por lo menos 10 años antes de cuando se había vaticinado tal acontecimiento.
IP registrada


















